Verticales (muros)


El drenaje de muros es una cuestión muy importante cuando se plantea la realización de un muro de sótano o de contención de tierras.  Sobre todo, cuando se trata del drenaje de un muro de cerramiento que limite un espacio vividero, ya que en este caso un drenaje de muro deficiente puede provocar humedades y filtraciones hacia el interior que provoquen daños importantes. En el caso de muros de carga, el drenaje del muro es muy importante para evitar humedades por capilaridad que puedan debilitar estructuralmente el muro.

En muchas ocasiones, las humedades y filtraciones del agua que aparece por efecto de la lluvia, pueden ser perfectamente localizadas y los tratamientos que se pueden aplicar sobre ellas suelen ser sencillos, y consisten en la protección superficial del muro. Sin embargo, en el caso de que los problemas de humedades en el muro procedan de filtraciones de agua subterránea o de niveles del nivel freático altos, la solución es mucho más compleja, sobretodo, en el caso de edificios ya construidos.

Edificios nuevos. En edificios de nueva construcción la solución es bastante sencilla, y consiste en el drenaje por la cara exterior del muro. Este drenaje puede ser de muchos tipos, el más usual es mediante la impermeabilización de la cara exterior del muro y la colocación de láminas drenantes que canalicen  el agua a través de tuberías hasta la red de saneamiento. Para facilitar el drenaje del agua, se emplean rellenos de gravas, evitando las tierras compactadas que facilitan la filtración por capilaridad del agua.

Los grandes problemas vienen cuando los niveles freáticos son muy altos, o cuando por cualquier motivo se produce una filtración abundante de agua, es entonces cuando puede resultar que el drenaje del muro sea insuficiente y se produzcan filtraciones. En estos casos, al igual que en el caso de edificios ya construidos, se pueden aplicar otras técnicas para ayudar al drenaje del agua del trasdós del muro.

Para aplicar la solución más conveniente en cada cado hay que tener en cuenta diversos aspectos:

 

Orígenes de la humedad

Las humedades en obras enterradas o en contacto con el terreno tienen orígenes diversos:

– Agua de lluvia del propio edificio que carece de conducción apropiada e incide sobre el edificio.

– Agua de lluvia y del subsuelo que transcurre por encima capas impermeables

– Agua del subsuelo con presión hidrostática elevada, afectando en su oscilación de nivel freático a las partes enterradas de la edificación.

– Aguas procedentes de pérdidas accidentales de la red de suministro o de saneamiento.

– Aguas desviadas por alguna construcción vecina.

– Humedades de condensación por falta de ventilación y de aislamiento en el primer tramo del muro.

 

Repercusiones de la humedad en la edificación

La humedad en general es nociva para los materiales de edificación cuando estos no han estado diseñados para convivir con ella, además de producir en los espacios bajo sus efectos, una serie de problemas de salubridad y uso. Entre los efectos más negativos, podemos citar:

Sobre el hormigón:

– La acción de aguas con disolución de sulfatos ataca la estructura del mismo, al aumentar de forma importante el volumen del hormigón endurecido.

– Ataque de las armaduras por soluciones de ácido sulfúrico provenientes de la reacción de varios elementos que componen los contaminantes atmosféricos.

Sobre los ladrillos de cerámica:

– Descomposición de su estructura, cuando el nivel de cocción no es el idóneo.

– Exfoliación por efecto del ciclo hielo-deshielo.

Sobre los espacios internos:

La humedad transmitida por efecto de capilaridad o condensaciones:

– Ambiente insalubre no apto para el uso habitacional, por falta de confort térmico.

– Presencia de hongos y microorganismos.

– Afectación a los revestimientos de capa fina o gruesa, con abombamientos y desprendimientos.

Penetración de agua:

– Incrementa los puntos expuestos anteriormente.

– Hace imprescindible la extracción del agua que penetra, realizándose normalmente mediante bombeo.

– Ataque directo de los bienes almacenados (coches, etc.) por inundación por ataque de sales de calcio u oxidación.

Lo expuesto recoge los problemas más comunes afectando directamente el rendimiento de la promoción así como la vida del edificio, además de provocar unos costes elevados en el mantenimiento, ello debería hacer replantear la planificación de las partidas de obra, pues lo que está muy claro es que el coste de una impermeabilización es muy bajo si se realiza durante su construcción, por el contrario su reparación a posteriori además de resultar muy cara es en muchos casos inviable.

 

Definiciones

Humedades de filtración. Su origen está en la presión del agua bien por saturación o por presión hidrostática debido a que su nivel freático es más elevado.

Humedades de capilaridad. Son las producidas por la ascensión de la humedad a través de los materiales de construcción, de la parte más húmeda a la más seca y ello es debido al fenómeno de la tensión superficial, que hace que la molécula de agua ascienda a través de

la superficie más seca.

Impermeabilización. Es la capa que no permite el paso del agua a través de ella, las más utilizadas y recomendadas son las láminas bituminosas de betún polimérico, de aplicación a fuego, y las láminas autoadhesivas, las cuales se aplican por simple contacto a la superficie de hormigón previamente impregnada, la ventaja de estas últimas son la excelente adherencia, lográndose el 95% de la superficie adherida en función del soporte además de conseguirse mayor rapidez de aplicación y no castigar la lámina.

Es muy importante que la lámina este totalmente adherida, pues el agua tenderá a ir por la parte exterior de la lámina (por ser el recorrido menos dificultoso para el agua)

Barrera para vapor. Capa que no permite el paso de las partículas de vapor de agua a través de ella, los productos impermeabilizantes que se utilizan como barreras de vapor son aquellos cuyas armaduras son de polietileno y por supuesto el aluminio (en el caso de cámaras frigoríficas).

Drenaje. Es la capa que tiene como función captar el agua de saturación del terreno y conducirla mediante una canalización hacia una zona determinada (albañal, balsa, torrente,…), los drenajes pueden ser de distinta naturaleza: naturales, como son las gravas, arenas, áridos de machaqueo, etc., y artificiales tales como: compuestos drenantes.

Cimentación. Es la parte del edificio destinada a transmitir al terreno las cargas y sobrecargas del mismo, en función de la profundidad en la cual se realiza podemos establecer su clasificación:

  • Cimentaciones superficiales, son aquellas que están a nivel de superficie o a poca profundidad y su sistema de ejecución se basa en cimentaciones corridas, zapatas individuales, jácenas (caso de cimentaciones sobre pilotes) o losas de cimentación (cuando el terreno es poco resistente).

Las soluciones que se exponen pertenecen a este grupo, pues casi siempre se puede acceder al trasdós del muro.

  • Cimentaciones profundas, son aquellas que por deficiencias del terreno, por la magnitud de los esfuerzos o por la profundidad de la edificación por debajo del nivel terreno, se realiza la cimentación perimetral mediante: muro pantalla, lo cual conlleva no acceder al trasdós del mismo y en caso del nivel freático alto prever un sistema de recogida de aguas y su posterior bombeo hasta el nivel de los desagües generales, la cimentación en la zona interna(central) se realiza con alguno de los sistemas mencionados en el apartado anterior.

 

Recomendaciones generales

Para la instalación de productos protectores, impermeabilizantes y drenantes en muros, se recomienda:

Soporte

Saneamiento de la superficie a proteger:

– La superficie a proteger debe presentar planeidad, por lo que se recomienda en obras de fábrica el que se aplique un revoque de mortero y en su defecto que las llagas estén a ras de la obra.

– Repaso de coqueras (alineación con el resto de la superficie), muy importante, cuando se vaya aplicar una emulsión protectora, a fin de asegurar la continuidad de la película protectora.

– Eliminación de rebabas, alambres, etc.

Impermeabilización

La impermeabilización en muros y soleras se diferencia, en cuanto la cubierta, en que la temperatura es muy estable. Los detalles que se exponen plantean el refuerzo mínimo por lo que puede requerirse otra banda de refuerzo en las entregas en función de la seguridad a la hora de su resolución.

En soleras cuando se deba impermeabilizar sobre un drenaje es preferible usar láminas autoadhesivas, para así no dañar con la llama el drenaje.

Adherencia y fijación de los productos

– Las láminas impermeabilizantes se recomiendan que estén totalmente adheridas, para favorecer la impermeabilidad del muro y mejorar la resistencia al desgarro de la misma.

– Previa a la aplicación de las mismas se precisa para mejorar su adherencia, la imprimación del soporte con un consumo aproximado de 300 gr/m2, en función de la rugosidad del soporte.

Drenaje y capas protectoras

– Su instalación se recomienda en horizontal, para evitar el máximo de uniones y cuando las hubiere que se produzcan con el solape más favorable para evitar el acceso de las tierras entre el drenaje y el muro y por último al colocarlo en horizontal se favorece la compactación por tongadas. En caso de que no se pueda realizar paralelamente la colocación del drenaje y el relleno del trasdós se podrá sujetar dicho drenaje al muro bien con bandas de lámina autoadhesiva a dos caras, mediante fijaciones mecánicas o fijaciones autoadhesivas.

El remate superior también puede utilizarse como única fijación o complementaria y en este caso se usará un perfil especial de remate.

– Compactación de las tierras de relleno, por tongadas de máximo 40 cm de altura, para evitar la traslación de finos y así evitar la colmatación del geotextil separador.

Así, para la impermeabilización y/o drenaje de muros podríamos distinguir los siguientes sistemas:

 

  1. Humedad por capilaridad -> Corte de humedad por capilaridad, mediante la colocación de una banda de lámina bituminosa intercalada en la ejecución de la estructura del muro, e instalada en todo su ancho.
  2. Humedad directa baja -> protección de muros, mediante la aplicación de una emulsión de caucho-asfalto y protección de la misma con una lámina drenante nodular.
  3. Humedad directa media o alta -> impermeabilización de muros, mediante la aplicación de una lámina asfáltica y colocación de un drenaje.
  4. Humedad directa – agua con presión -> impermeabilización de muros, mediante la aplicación de una lámina asfáltica y protección de la misma con un geotextil como capa protectora antipunzonante.

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